miércoles, 30 de agosto de 2017

Ramón Castilla nació el 31 de agosto de 1797 en Tarapacá


(Tarapacá, Virreinato del Perú, 31 de agosto de 1797 - Tiliviche, Tarapacá, Perú, 30 de mayo de 1867) Militar y político peruano que fue en dos ocasiones presidente de la República (1845-1851 y 1855-1862). Las primeras décadas del Perú independiente fueron convulsas en todos los ámbitos: los caciques continuaron siendo la clase social dominante y la lucha por el poder estuvo regida por el caudillismo, favorecido por la sucesión de conflictos con Colombia, Bolivia y Chile, que facilitaron la toma del poder de distintos dictadores sustentados por oligarquías militares y comerciales. Pero a partir de 1840, bajo la dirección de estadistas como Ramón Castilla, el país conoció una etapa de prosperidad económica, transformaciones sociales y estabilidad política, originada por la explotación del salitre de Tarapacá, la extracción del guano y el cultivo de la caña de azúcar.

Durante el primer gobierno de Ramón Castilla (1845-1851), la situación política se caracterizó por la estabilidad y el restablecimiento de la vida parlamentaria. La exportación de guano potenció el surgimiento de una nueva clase burguesa de consignatarios y proveyó de recursos al Estado, aunque también acabó hipotecando la economía peruana al Reino Unido, principal importadora de guano. En su segunda etapa como presidente (1855-1862), Castilla abolió el tributo de los indígenas y la esclavitud. La agricultura de la Costa inició un período de auge, especialmente en cuanto al azúcar y al algodón, llegando al país una importante inmigración asiática.



Biografía

Ramón Castilla y Marquesado empezó su carrera militar en las filas del ejército español, en lucha contra las fuerzas independentistas mandadas por el general argentino José de San Martín. En 1817 fue hecho prisionero, pero consiguió escapar y regresó a Perú. En 1822, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, Ramón Castilla decidió abandonar el ejército español y ofrecer sus servicios al general San Martín.

Poco después, en 1824, ingresó en el ejército del Libertador, Simón Bolívar, bajo cuyas órdenes participó en la batalla de Ayacucho, por la que Perú consiguió la independencia. En 1825, Castilla fue nombrado gobernador de la provincia de Tarapacá, cargo desde el que impulsó una política de talante conservador, opuesta a los criterios más progresistas de Bolívar y en consonancia con los reclamos de la élite criolla.

Durante la segunda presidencia del general Agustín Gamarra (1839-1841) se le encomendó la cartera de Tesoro, ministerio desde el que Ramón Castilla organizó las primeras exportaciones de guano, producto altamente cotizado como fertilizante en los mercados internacionales. Las exportaciones se incrementaron notablemente a partir de 1845, fecha en que fue elegido presidente de la República.

En la presidencia

Durante su primer mandato, que se extendió hasta 1851, las exportaciones de guano se multiplicaron, gracias a sus convenios con la firma británica Anthony Gibbs, que se encargó de su comercialización en el Reino Unido, y la francesa Montané, que hizo lo propio en Francia. Para facilitar su transporte desde los centros de producción, Castilla realizó destacadas obras públicas, entre las que sobresale la extensión de la red ferroviaria (primera línea de ferrocarril entre Lima y Callao en 1851), para cuya construcción, y también para la extracción de guano y las labores agrícolas, se autorizó la entrada de miles de inmigrantes chinos.

Al mismo tiempo introdujo importantes reformas económicas y financieras; bajo su mandato, el país experimentó también avances en el campo de la educación, la defensa nacional y la justicia. En 1851 traspasó la presidencia al general José Rufino Echenique, a quien el propio Castilla había elegido como sucesor, pero pronto se manifestaron las diferencias entre ambos y acabaron enfrentándose militarmente (1854-1855). Castilla, que se había aliado con los liberales, los cuales le obligaron a suprimir la esclavitud y el tributo indígena, acabó recuperando el poder en el año 1855.


Durante su segundo mandato, que se prolongó hasta 1862, promulgó una nueva Constitución de tendencia liberal que sería la más longeva de la historia del país (con una breve interrupción, estuvo vigente hasta 1920), y declaró la guerra a Ecuador (1859), de la cual salió victorioso al conseguir la ocupación de Guayaquil, que condujo a la firma del tratado de Mapasingue. También se produjeron incidentes bélicos con Bolivia, especialmente por el contrabando. Finalizado su mandato, y de acuerdo con la nueva Constitución de 1860, se celebraron elecciones y Castilla traspasó el poder al vencedor, Miguel de San Román.

La historiografía valora positivamente la figura de Ramón Castilla, juzgándolo uno de los principales artífices de la estabilidad política y de la reactivación económica que se produjo a partir de 1840, que permitió al Perú afianzar la estructura del Estado y mejorar su proyección como país. Apoyándose en el descubrimiento del guano, la joven República peruana inició el despegue hacia la configuración de un Estado moderno, aunque fuertemente anclado en la Costa y en detrimento de la Sierra, y primando el desarrollo de la gran propiedad agrícola.

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