El Cementerio General de Pisco, desde el terremoto del 2007, guarda más que restos humanos. En sus pasajes empolvados, entre
esculturas fracturadas y mausoleos de tiempos ya idos, viven la memoria y la
nostalgia, las lecciones por aprender, el mandato de levantarse.
Cubiertas de flores se encuentran decenas de lápidas con una fecha que nadie olvida: 15 de agosto del 2007. Durante estos días, por los mecanismos propios de la evocación, ese deseo retorna como parte de un recuerdo lejano, o como una herida que todavía palpita, según la experiencia de cada quien.
Cubiertas de flores se encuentran decenas de lápidas con una fecha que nadie olvida: 15 de agosto del 2007. Durante estos días, por los mecanismos propios de la evocación, ese deseo retorna como parte de un recuerdo lejano, o como una herida que todavía palpita, según la experiencia de cada quien.
El sismo de 7.9 grados, que inició a las 6:40 de la tarde
mató a 383 personas en Pisco y a 212 en las demás regiones afectadas: 595 en
total. Y en quienes resistieron la destrucción, además de la obligación de
sobrellevar la tristeza, quedó el gran desafío de resurgir.
El renacer de la ciudad
La recuperación es evidente en el centro de la ciudad, donde
se destruyó el 80% de las viviendas. La Iglesia San Clemente, ubicada en la
Plaza de Armas, ha sido reconstruida, ya casi no se ven casas de adobe, las
vías están asfaltadas y los comercios han vuelto a su rutina.
Los llamados "muros de la vergüenza", que cubren
los terrenos que siguen llenos de escombros, se encuentran todavía por todo el
casco urbano, como parte de la vista cotidiana. Los lugareños ya casi no
reparan en ellos, salvo para explicar su origen a los visitantes desatentos.
La mayoría ignora que nacieron con el nombre de "cercos
dignos", porque para algunos era prioridad maquillar el desastre, y que
costaron S/ 3.5 millones.
El alcalde provincial de Pisco, Tomás Andía Crisóstomo, dice
que el 80% de la ciudad se ha recuperado del terremoto. En la última década,
añade convencido de su propio éxito, se ha logrado llevar agua potable y
saneamiento al 85% de las familias, mientras que el 70% ya tiene pistas y
veredas.
El lento y postergado renacer de Pisco, sin embargo, no solo
se mide en cemento. No empezó ni terminó con los programas de vivienda que
motivaron varias denuncias, ni con los visos de corrupción que todavía hoy
indignan a los pisqueños. Inició al llorar y enterrar a los muertos, al
procurarles reposo.
"Va pasando, va pasando. Ya no se ve mucha gente por
acá. En 2008, 2009... hasta 2011 se hacían misas aquí, pero la gente va
superando su dolor", dice Luis Fuentes Ochoa, que en los últimos 26 años
ha trabajado en el cementerio general en distintos momentos.
En los primeros meses de 2008, Luis y sus colegas reubicaron
los restos de 8.600 personas de los pabellones antiguos. Los cadáveres habían
salido "volando", las tapas se rompieron y en algunos casos no hubo
manera de identificarlos. La memoria también fue dañada por el terremoto.
Claves
Conexión: Después del terremoto, en Pisco se construyó un
aeropuerto que busca incrementar el turismo en las regiones del sur.
Tren: El gobierno de Pedro Pablo Kuczynski ha propuesto
construir un tren de cercanías que una Huacho y Pisco, pero hasta hoy no se
conocen los detalles del proyecto.
Problemas. La inseguridad es uno de los problemas de la
provincia. Solo tiene 38 serenos y 110 policías.
595 muertos: la consecuencia de no prevenir
El terremoto del 15 de agosto del 2007 fue uno de los más
devastadores registrados en el Perú. Más de 434 mil personas resultaron
damnificadas, 93 mil viviendas quedaron destruidas o inhabitables. En total, en
las cinco regiones afectadas se contaron 595 muertos y más de dos mil heridos.
La región Ica fue una de las más afectadas. En Pisco, 11 mil
viviendas fueron destruidas y más de 59 mil personas quedaron damnificadas.
Templos, hospitales, hoteles, locales públicos y vías de resultaron afectados.
Estudios posteriores al terremoto indican que al menos el
70% del territorio de Pisco terminó "licuado", es decir, que ha
perdido firmeza y es menos seguro para las edificaciones. La mayoría de casas
se ha reconstruido en los mismos terrenos donde se desplomaron.
Fuente: La República
No hay comentarios:
Publicar un comentario